viernes, 31 de mayo de 2013

Ayer en las paredes.


Explorando.














Flores de campo.











Flores de campo.











Flores de campo.











Entorno gris.











Salir del túnel.



En muchas ocasiones en la vida nos encontramos inmersos en un largo túnel de
desesperaciones y situaciones negativas que nos van consumiendo la energía positiva.

Nacemos felices, es nuestra naturaleza pero; a lo largo de nuestra vida vamos actuando los unos con los otros, en un inmenso plano teatral llamado mundo, en ocasiones esta lleno de situaciones bastante ridículas, absurdas, sin posibilidad de darles un planteamiento razonable.

Detrás de cada una de estas vivencias o situaciones que nos hacen infelices, siempre hay una persona tóxica manipulando tu verdad, robándote la ilusión. Bueno y... ¿Qué se puede hacer con ellas? ¿Cómo podemos evitar que nos arrastren a su mundo de caos, en la pena, en la ira, en la envidia, en la ignorancia, en la manipulación, en los pensamientos negativos?

Nadie es libre de encontrarse con personas defectuosas, personas que ya no son felices, quizás nacieron así  de estropeadas, y se dedican a hacer daño a los  que brillan sencillos y naturales, a los que aún a pesar de las dificultades de la vida, conservan esas ganas de seguir adelante, ESAS GANAS DE VIVIR.

Quien puede decir que no ha pasado por malas rachas en su vida, en esas que te desesperas y no ves la luz.

El túnel a veces es demasiado largo y si el camino se hace en soledad puede llegar a ser demasiado pesado. Cuando se cruza en mi camino una de estas personas estropeadas;

Suelo escuchar lo que sale de sus bocas pero leo lo que reflejan sus gestos y las veo infelices, emocionalmente incompletas, molestas, tóxicas, inmaduras, pobres de espíritu, de corazones sucios.

Es aquí donde quiero recordar:


Nadie puede gestionar tus pensamientos.
Nadie puede decidir que es lo que te hace feliz.
Nadie puede robarte la energía.
Nadie puede decidir como tienes que sentirte.
Nadie puede manejar el rumbo de tu destino.
Nadie es más que un simple mortal.





Y entonces sigo caminando CON MUCHAS GANAS DE VIVIR.