viernes, 28 de noviembre de 2014
El camino.
Cualquiera que pueda reírse de sí mismo, habrá encontrado el camino hacia la felicidad.
(David Baird)
jueves, 27 de noviembre de 2014
La confusión.
Tanta confusión en nuestras vidas es el producto de las ideas imaginadas
sobre los pensamientos o sentimientos de los demás.(David Baird)
Leienel.
El amor es el mayor poder de transformación.
El primer deber del amor es escuchar.
Amar es desear lo que tenemos, no lo que no podemos tener. (David Baird)
martes, 25 de noviembre de 2014
La filosofía del amor.
Se ve que una relación funciona cuando dos personas
discuten cogidas de la mano. (David Baird)
En la confusión seguimos juntos,
felices de estar juntos,
hablando sin pronunciar palabra.(Walt Whitman)
Amar es confiar completamente
en alguien; quererle de corazón. (David Baird)
lunes, 24 de noviembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Caminamos despacio.
Caminamos despacio
A pasos pausados, entre el no saber qué hacer, y el quedarse haciendo nada… decidimos cambiar nuestro rumbo y entregarnos al espectáculo visual que nos enseñaba el nuevo camino.
Fue despacio, y mirando las aguas del río, como la hermosa Lamia nos envolvió su cántico.
Se cuenta una historia de amor al respecto, una historia de la que aún hoy se escucha su eco.
La bella lamia, vivió hace mucho, muchísimo tiempo y en los alrededores de este pueblo.
Jugaba en las aguas del nacimiento del río, con los pies sumergidos en ellas, cuando uno de los jóvenes muchachos del barrio, la vio.
Cautivado por su inusual belleza, anclo sus ojos y su corazón en su encanto. El amor que crecía entre ambos era muy, pero que muy envidiado.
El muchacho marcho a su casa y les contó a sus padres su decisión de casarse.
La madre le pregunto que quien era esa chica y bajo al río a conocerla.
La madre la vio tan hermosa que no quiso consentir tal amor y se fijo en sus pies.
Volvió al pueblo y se lo contó a sus vecinos.
Los aldeanos se preguntaron la forma de dar fin a tal amor. Se reunieron y entre vinos, sidras y talos, llegaron a una solución, tramaron y dieron forma a su conspiración.
En la fiesta del pueblo la lamia vistió sus mejores prendas y el joven muchacho, paseo con ella sintiéndose el más afortunado.
(Caminamos despacio, muy despacio y agarrados) - se escucha su cántico.
Los aldeanos esperaron a que estuvieran todos y entonces, en la plaza del pueblo se escucho gritar a uno de ellos.
No se puede amar a una lamia. A continuación se hizo el silencio.
La lamia apretó con fuerza la mano del muchacho y el muchacho pregunto, ¿Por qué no?.
Entonces otro aldeano con malicia en su rostro, contesto.
Ella no es humana, es una lamia, mira sus pies.
El joven la miro y contesto: yo la quiero.
Entonces su madre le dijo al muchacho. No, no te puedes casar con ella. Las lamiak son malas.
Los separaron… La lamia se marcho, se perdió en los bosques y no volvió.
Pasaron los días y el muchacho no dejaba de llorar y llorando de amor, por la lamia se murió.
Cuando la lamia se entero, bajo al pueblo y con un manto lo cubrió, lo llevo a la iglesia y allí de él se despidió, prometiendo que siempre cantaría la canción de su amor.
martes, 18 de noviembre de 2014
jueves, 13 de noviembre de 2014
martes, 11 de noviembre de 2014
En el interior.
Dijins Di 32
El tiempo, no tenía el carácter que pertenece al individuo
humano, al ser que con vida, ve el transcurso
de sus días tal y como lo conocemos. Ese saber, ese concepto que nos acompaña en toda nuestra
vida, que nos recuerda que nada es eterno y nos reencuentra con la muerte. Ausente
ahora y olvidado de mí, me empujo a
buscar el contrapunto, la solución.
Mientras sentía las
secuelas de mi cautiverio, algo ligero, que nacía como una nueva memoria, evocaba imágenes disparatadas de troncos secos, ramas cortadas y
devastadas por plagas de termitas, madera sucia... y en todas ellas ocupo en mí una respuesta. Supe que precisamente es ese tic-tac, necesario para crear una armonía, “el tiempo”.
La esencia de la vida o la evidencia de la misma, era la respuesta, el camino de regreso y rompería esa sincronización perversa, el conjuro que me mantenía
prisionera, atada a esa espantosa
energía, engendrada en los infiernos
de la desesperación o en el inconsciente y mareas de dudas y los
miedos más ancestrales del conjunto de la humanidad. Pero ese tiempo o la certeza, carecía de importancia en aquella prisión y eso lo hacía insoportable.
Domando la locura,
fui aprendiendo a adiestrarme, en la necesidad de comprender a ese ser que me ocupaba y copaba mi libertad. Esa vida paralela que existía para devastar la mía, que con
rigor dominaba mis movimientos, mi todo, pero mi yo, no cejo jamás en avistar la libertad de nuevo o al menos
una vez más.
Quizás en aquella locura, en las esquinas confusas del dolor, tan solo la luz que atisbaba a vislumbrar, era la de aquel sentimiento que me unía a Ihan, como única fuente de fe. Creía que si lo podía ver, existía… y si existía él, existía yo. Sabía que debía creer en mi intuición.
Los rotos en mi alma eran ya casi imperceptibles, para conservar el único hilo de lucidez los hice
descender, los hice dormir en mi interior.
Despierta a tal inadmisible
consentimiento. En mi, nació una probabilidad poco esclarecida y confusa, que
pugnaba por turbarse en la única realidad concebida y donada a mi vida.
El aprendía de mí, de
la misma manera que yo me surtía de de
su sed.
El impulso encolerizado de mi voz, nuevamente se perdió, en la penumbra de una nueva mañana
bautizada con nieblas espesas, que tardarían largos meses en desvanecerse.
jueves, 6 de noviembre de 2014
miércoles, 5 de noviembre de 2014
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