tod@s sabemos lo difícil que es mantener la economía equilibrada en el hogar en los tiempos que caminamos, much@s de nosotros tenemos que decantarnos por trabajos temporales y lo peor de ellos es que tienes que conocer a nuevos grupos de trabajo en los que la mayoría de las veces sabotean a la empresa calentando a los nuevos empleados, te hacen putadas en el curro para que te aburras y te marches, te quitan herramientas, te hacen novatadas, o te ponen en la tesitura de tener que elegir un grupo u otro de empleados, por rencillas entre ellos, con el tiempo desarrollas una habilidad para pasar de sus miserias, y es que tiene narices la cosa, ell@s tienen derecho de tener trabajo, de cobrar al mes pero los nuevos no, no importa si mantienes el trabajo o no, y si no tragas estás fuera, pues yo no digiero. En fin, no me extenderé en ese análisis de la miseria humana.
En la actualidad y como trabajo temporal, desempeño labores en la cocina de un sanatorio, es uno de los trabajos más difíciles que he tenido en mi vida, por lo complicado de las dietas, demasiadas dietas, demasiados comensales y las agujas del reloj que nunca perdonan en cocina.
Lo cierto es que me gusta, me siento agusto, pero, pero, pero, aquí el problema es un narcisista perverso en la cocina.
El caso fue que el segundo día de trabajo, me tocó estar de turno de tarde y a solas con el pez-cuace este, se mantuvo fanfarroneando la mitad de la jornada y yo, ante eso, le ignoré.
Pero el problema vino cuando llegó el descanso, yo notaba como me iba envolviendo poco a poco en su telaraña de mentiras y más mentiras, mientras su lenguaje corporal se manifestaba muy activo y alterado, excesivamente eufórico, entre cuento y cuento, me preguntaba cosas personales de las que no le daba respuesta, al parecer hizo rápida su evaluación sobre mi persona , sin plantearse si quiera, que yo, ya lo había descubierto en el minuto 90 de toda su verborrea a lo largo de la jornada. No se lo pensó y me contó una historia muy larga, que venía a decir: yo soy infiel , muchas veces y en ciertas ocasiones algunas me pagan con carne, y, y, y, si necesitas calor... En ese momento nuestras miradas se encuentran, se hace el silencio, un silencio muy denso, evaluó con cuidado y cálculo lo que voy a contestar, porque sé, que este tipo de personalidad no admite un no como respuesta y se me ocurre decirle, tengo pareja.
Claro, me fastidia tener que mentir, tener que inventar, me siento insultada y cosificada, en lo más profundo de mi, agarraría sus testículos y se los retorcería hasta que doliera pero injustamente toca callar, pues el tío lleva 18 años nada menos, trabajando para la empresa, yo soy nueva y no me conocen y lamentablemente otra vez tocaría hacer el petate y a buscar otro trabajo para pagar las facturas. Paciencia.
Quizás recule y se mantenga alejado de mi y no vuelva, nada más lejos de la realidad, al día siguiente comienza a enredarlos a tod@s contra mí, esta chica trabaja bien...pero no sé yo si va a encajar...va diciendo.
Como es de esperar alguien me lo sopla.
Sin embargo siempre hay aliados de lo justo en todas partes y tarde o temprano salen, esperaré, esperaré y esperando. Zasca, me preguntan: has tenido movida con el portu? ( portu de portugués), no quiero malos rollos con nadie, y hablar por detrás tampoco, le digo.
La cosa es que son ell@s los que me enseñan el puesto de trabajo y el portu también. Cuando trabajo con él, me sale todo mal al parecer, y el jefe de cocina me canea, yo no digo; ni nada, pero llegó un momento en el que el portu me trató como una mierda... y no, por ahí no, con palabras calmadas lo puse en su lugar, aunque la experiencia me enseña que digas lo que digas la has fastidiado, de todas forma voy a ir otra vez a la hoguera, decidí renunciar al puesto y asi se lo hice saber al jefe de cocina, le diré a la jefa el lunes que no valgo para el curro y me voy.
Oh, Dios mío, la que se monta, no no puedes irte, bla, bla, bla, no le hagas caso al Portu, bla, bla, bla, nadie y digo nadie le hace caso, es muy borde, contesta mal a tod@s, cuando se pone agresivo pasamos de él, bla, bla, bla.
Aunque ellos no sabían, lo turbio que era el fondo de este asustó, pero al menos me ayudaron.
Me marcho de descanso y a la vuelta, sorpresa una tras otra, la jefa me llama, mantenemos una larguísima y correctísima conversación a puerta cerrada, ella insiste muchísimo en que le diga que ha pasado con el portu y yo no quiero contarle lo del primer día por miedo a que no me crean, además soy nueva y la empresa no me conoce, al final confieso aunque pido que no le sancionen, con que no me pongan con él a solas en el turno yo me conformo, aunque los calendarios están cerrados ya hasta finales de agosto y me tocará currar dos tardes más con el pez, Lo soportaré.
Antes de salir de la oficina la jefa me dice, yo soy jefa y me da miedo comentarle algún cambio en su jornada porque no sé cómo se lo va a tomar.
Que fuerte, que tod@s le tengan miedo, el jefe de cocina, la jefa, los demás compañeros, claro es que cuando se enfada el portu pega golpes a las paredes, (puro teatro) y grita y amedrenta a Cualquiera. Tod@s tenemos que estar a expensas de que él llegue y diga: hoy tengo un mal día o sino hoy tengo buen día, personalmente opino que yo no soy ni su mujer, ni su hija, ni su prima, tan solo soy su compañera de trabajo y a mí me tiene que respetar y hablar con educación, como yo lo hago.