martes, 26 de mayo de 2020

Algo que contar.





Hay veces, cuando estas en el monte o entre campos, todo tiene la misma tonalidad, cubierto por el manto espeso que se enreda en las cubres altas de las tierras del norte… vas avanzando en la rampa apretando y cambiando piñón, concentrado en el esfuerzo, al principio sin mirar, sin ver, pero notas algo… que llama tu interés y te giras, al inicio no lo ves, pero sí, ahí está.

 Un erizo en mi camino, voy a ver, depositas la bici despacio, sin dejar de mirar y agarras el móvil,
le miras por detrás de la cámara y le ves, por primera vez le ves.

Continuas con mejor energía, con una sensación extraña bajo los pies, y encima¡¡¡ después del largo tiempo de confinamiento, pufff ni te lo crees… ;)))






Por la vereda verde gastada.





























Un verde tan gastado por la exposición a los rayos del sol, como la suela de mis zapatos y sí, de usarlos.

Alguna vez, me ha tocado vendar mi cuerpo magullado y continuar caminando, atravesando zonas cerradas en el estadio del dolor.

Pero y que, sigo aquí, porque sé que las mejores vistas están arriba... por la vereda pisada.

Alguna vez… daba la impresión, como cuando los sueños se logran y te sientes realizad@.



Anotaciones en imágenes. Sueño.


















































Piedra y raíz.