Los pasillos que
llevaban a su alma, eran largos, oscuros y de puertas cerradas.
En las paredes, preguntas sin respuestas, mil
mentiras colgadas. Sin moral, sin
noción del bien.
Noches sin color le esperaban, más las cuerdas del títere fueron cortadas.
Las calles ahora
permanecen desiertas, sin pasillos, ni puertas cerradas,
no hay paredes.
El títere salio de
la jaula, sin cuerdas, con las manos desnudas, descalza.
En la boca un
suspiro, dos palabras. Evocara siempre las madrugadas sin color que el titiritero
entono.